Cuatro a uno a Gimnasia en el comienzo del Fútbol de Verano. Arrancó el año sin poder entrenar por conflictos económicos. Los pibes, con un par de mayores, se soltaron en el campo del Minella y redondearon una buena noche. La figura, Brian Sarmiento.
Por Vito Amalfitano
Se soltaron de todos los problemas. Se despojaron de la bronca por la disputa diaria por el mango que no llega y que no alcanza. Banfield llegó al arranque del Fútbol de Verano como una muestra de la incertidumbre general que hoy envuelve al fútbol argentino. Con conflictos por deudas, escasos entrenamientos, ausencias. Y sin embargo, pese a las dificultades, en el verde césped los futbolistas se soltaron y se dedicaron a lo suyo. El equipo alternativo, con muchos pibes, goleó en definitiva a Gimnasia por 4 a 1 en el Minella ante unos 3000 espectadores.
Al cabo Banfield y Gimnasia brindaron un partido entretenido, con matices. Gimnasia fue más oportuno y efectivo en el primer tiempo, y se puso en ventaja con un cabezazo muy preciso de Vegetti a los 19’ tras centro de Faravelli. Banfield progreso paulatinamente en el partido con la habilidad de Brian Sarmiento y la peligrosidad de Mauricio Asenjo, pero sin tanta profundidad ni claridad en la zona de definición.
Lo que no pudo por adentro en el primer tiempo el equipo de Julio César Falcioni lo encontró enseguida en el arranque del segundo tiempo por afuera. De larga distancia, al minuto, Emanuel Cecchini sacó un fulminante remate que combinó con la tardía reacción del arquero Manuel García.
A partir de ahí creció Banfield y no abandonó el dominio. Los chicos se animaron, alternaron con los más grandes del equipo y marcaron claras diferencias sobre un Gimnasia que se desordenó llamativamente. Tras un centro desde la derecha y una arremetida de Mauricio Asenjo, Sebastián Romero le dio el desnivel a Banfield en contra de su valla. Brian Sarmiento, de tiro libre, con impecable remate, a los 38’, puso el tercero para el conjunto de Falcioni y luego llegó otro gol en contra, de Imperiale, tras una entrada profunda de un recién ingresado, Tomás Rodríguez.
Los dos llegaron con dificultades. Banfield más. Entre tantas amarguras, con algunos jugadores que no vinieron porque no les pagan, los pibes se despojaron de los problemas en la cancha. Se sacaron la bronca con goles.